Más de cincuenta cuadros y obras maestras del padre del impresionismo Claude Monet, procedentes del Musée Marmottan de París, podrán verse en la exposición que se abre al público hoy en Centro Centro Cibeles. Es una de las grandes citas culturales de este otoño que estará abierta hasta el 25 de febrero 2024.

Por María Eugenia Román

En esta primera retrospectiva que llega a Madrid nos encontraremos con obras espléndidas como “Retrato de su hijo Michel Monet con gorro de pompón” (1880), “El tren en la nieve”. «La locomotora (1875), o «Londres». «El Parlamento. Reflejos en el Támesis (1905)». Además hay de veinte cuadros mas con sus bellos Nenúfares y también una selección de cuadros de sus bellas “Glicinias”.

Aparte de las obras de Monet, el público también podrá conocer obras de Delacroix, Boudin, Jongkind, Renoir y Rodin.

La exposición, con una entrada general de 16€, tiene como comisaria general a la conservadora del Museo Marmotan Monet, Sylvie Carlier, con el Comisariado de la historiadora de arte Marianne Mathieu, y la asistente de conservación, Aurelie Gavoille.

El recorrido de la exposición se centra en las distintas etapas de las investigaciones de Monet desde sus inicios en las costas normandas hasta su última obras, los Nenúfares, pintados en su propiedad de Giverny, pasando por sus viajes a Holanda, Noruega y Londres.

Asimismo, la mayoría de los cuadros expuestos forman parte de su herencia directa, las que Monet guardó en su estudio, en la casa familiar de Giverny, hasta su muerte en 1926.

 
 
 
 
 
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LA LUZ IMPRESIONISTA EN LOS CUADROS DE MONET

Monet se convirtió en maestro de la pintura al aire libre y dedicó toda su vida a captar las variaciones luminosas y las impresiones de colores de los lugares que miraba. Más que en el motivo, su interés se centraba en la transfiguración del objeto por obra de la luz.

Para aprender esta luz cambiante, el pintor trabajaba de prisa a base de pinceladas sucesivas y no dudaba en aventurarse por lugares expuestos a cambios metereológicos bruscos. La Costa de Normandía y sus puestas de sol o los paisajes de Holanda, adonde volvió en 1886, que le permitieron abordar las intensidades lumínicas de una naturaleza aún salvaje.

El recorrido de la muestra está enriquecido con fotos de época de Monet en su jardín “la obra más bella que he creado..” como decía el mismo, y por incisos didácticos que dan a conocer al visitante la parte más técnica del artista francés.

Las flores y el agua en el suelo o los espléndidos cuadros reflejados en las paredes encantarán al visitante que se dejara subyugar por la belleza inmersiva del entorno y el maravilloso colorido que rodea toda la exposición.